Las personas vamos, a lo largo de nuestra vida, generando ideas y creencias con respecto a lo que va a pasar o vivir, a la manera en que serán nuestras vidas, las personas que nos acompañarán en el camino, etc. La mayor parte de las veces estas creencias están generadas en gran medida por las enseñanzas y expectativas de nuestros grupos familiares y sociales.
La vida no siempre es como planeas
Si algo hemos aprendido de esta epidemia es que la vida no siempre es como la planeamos, de hecho, la vida la mayor parte de las veces no es como la soñamos, vamos generando expectativas y cuando estas no se cumplen, tenemos una sensación de pérdida.
Para poder superar el hecho de que no siempre sucede lo que deseamos, de que vamos a perder personas, cosas etc., es para esto para lo cual necesitamos trabajar en el concepto de aceptación.
Se escucha sencillo, sin embargo no lo es tanto, aceptar implica poder ubicarnos en un momento de realidad y entender que hay cosas que nos trascienden y que no giran en torno a nuestra voluntad. El proceso de aceptación implica comprender que el tiempo no va a volver atrás y que hay cosas que no recuperaré, hay cosas que ya no tendré y hay cosas que voy a perder.
El ciclo natural de la vida implica que, entre más me aferre a que las cosas sean como como yo quiero, menos podré adaptarme a las nuevas situaciones que se vayan presentando, es por esto que muchas personas conforme van creciendo sienten que la vida les va quitando cosas.
En nuestra cultura existe una tendencia a pensar que las cosas que nos enseñaron cuando éramos niños son verdades de vida, entonces, si a mí me enseñaron que si soy bueno me van a pasar cosas buenas, se convierte en una expectativa, sin embargo lo más realista sería decir, si eres bueno te vas a meter en menos problemas que si fueras malo. Aceptar implica en muchos sentidos que no eres el centro del universo y los planetas no giran alrededor de ti, la vida fluye más allá de lo que nosotros deseamos o queremos.
Aceptar para dejar de aferrarte.
Necesitarás una gran madurez para poder ir adaptándote a los cambios que la existencia humana te irá presentando, por eso es importante que domines el primer paso de este proceso, aceptar es ese primer paso, no aferrarte a las cosas o personas, entender que nada es para siempre, el ejemplo más sencillo es lo que estamos teniendo que adaptar en esta crisis del Covid 19, la vida nos plantea cambios muy abruptos y entre más rápido lo aceptemos más rápido podremos seguir adelante con los proyectos (anteriores o nuevos) que nos habíamos planteado. Lo contrario a la aceptación es aferrarte, esto es igual a querer ir por la vida caminando de reversa, seguro avanzarás un poco, pero con muchos riesgos de caerte y avanzarás mucho menos de los que harías si fueras encarando las cosas que se van presentando. Me gusta la idea de regalarte un ejemplo, mi padre murió hace 25 años, lo amé muchísimo y hay varios momentos que me hubiera gustado poder compartir con él, sin embargo murió, me guste o no me guste él ya no está y no va a regresar, no importa si yo considero que su muerte fuera justa o no, murió y ese es un hecho.
Aprender a soltar
Cuando aprendas a vivir aceptando que la vida no necesariamente será como tú quieres, cuando aprendas a perder y soltar, en ese momento podrás decir… he aprendido a aceptar, en ese momento tus oportunidades de una vida agradable y plena se incrementarán.
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