En estos tiempos de la pandemia, se ha visto incrementado el número de muertes a consecuencia del Covid 19, parece increíble darnos cuenta que prácticamente todos conocemos a personas que han muerto o a familias donde un ser querido falleció. Esto es de por sí, un grave problema que genera sentimientos naturales de tristeza, desolación y depresión, pero si le agregamos el nivel de estrés y de ansiedad que ya tenía la mayor parte de las personas a consecuencia del confinamiento y las terribles consecuencias laborales, económicas y sociales. 

Es importante aclarar que para nosotros los psicólogos clínicos, existe diferencia entre un trastorno depresivo, de ansiedad y lo que llamamos proceso de duelo. 

El proceso de duelo es la serie de etapas que cualquier persona, tú y yo, vivimos ante la pérdida de un ser querido, es un mecanismo que nuestra psicología implementa para tratar de salir lo mejor librado a nivel emocional de la triste realidad que implica la muerte de una de nuestras personas cercanas. 

Las etapas del proceso de duelo son: 

Shock 

Negación 

Ira 

Depresión 

Aceptación  

 Cada una de estas etapas tiene por objetivo a ayudar a la persona doliente a adaptarse a una nueva realidad, a continuación describiremos brevemente cada  etapa. 

Shock.

Esta es la primera etapa del proceso de duelo, en ésta el doliente, mejor dicho su cerebro, por así decirlo, trata de ganar tiempo para que la persona pueda aceptar la información que está recibiendo, es común que en este momento la persona simplemente no sabe o no puede reaccionar, está como ida, plana, actuando como robot; en algunos casos la persona puede llegar a tener desmayos y pérdida de la conciencia, es como si su cerebro, al igual que lo hacemos con las computadoras  se reinicia para poder incorporar la realidad de la muerte. El shock no suele durar mucho tiempo, va desde algunas horas hasta pocos días. 

Negación.

En esta etapa la psicología de la persona hace que no se acepte la realidad de la pérdida, es cuando aparecen reacciones del estilo: No es cierto, estás jugando; Papá no está muerto, despierta, No seguro que no es él quien murió, debe haber un error; etc. LO que está haciendo la psicología de la persona es tratar de defenderse del dolor de la pérdida. 

Ira.

En este ciclo es PERFECTAMENTE NORMAL que aparezca el sentimiento de enojo, odio, etc. ¿contra quién?, contra todo y todos, es común que las personas se enojen con los médicos, situaciones, personas que cuidaban al enfermo, familiares, Dios, etc. Es más, es usual que la persona se enoje con el difunto por no haberse cuidado, por haber muerto y demás. También es aquí donde aparece la ira contra uno mismo, existe el reproche por lo que se hizo hacia el difunto y por lo que no se hizo también. Es como si la mente estuviera buscando un culpable con quien poder desquitar el dolor que se tiene. 

Depresión.

Esta es la reacción emocional más normal que presentamos ante la muerte, aparece la tristeza lógica por la separación de alguien a quien amamos, aquí es donde la persona suele tener períodos de llanto y desolación, aislamiento, baja actividad, necesidad de dormir mucho, etc. Esta etapa es habitualmente la de mayor duración, lo anterior no implica  que la persona está siempre igual de triste o decaída, la persona va mejorando poco a poco pero evidentemente con recaídas, en este momento la persona necesita que los demás le demuestren apoyo y en algunos casos que se hagan cargo de ella. 

Aceptación.

Esta es la última etapa del proceso de duelo, en este período la persona va poco a poco, retomando su vida, va aceptando que necesita seguir adelante pero con la característica e que lo hará sin él la presencia de su ser querido. Con dolor y trabajos, pero saldrá adelante.  

Las etapas que conforman el estado de duelo no necesariamente van secuenciadas de manera perfecta, es común que regresemos de una a otra etapa, para darnos una idea de la importancia de respetar los procesos de duelo, te comentaré…

El tiempo normal de duración de este proceso oscila entre uno y dos años, después de esto se considera que el duelo ya está cayendo en una etapa posiblemente enfermiza.  

Es muy importante APOYAR A LA PERSONA QUE PERDIÓ A UN SER QUERIDO PERO SIN APRESURARLA, cada persona tiene su propio ritmo de recuperación y no somos nadie para decidir cuánto tiempo una persona debe sentir el dolor de la muerte de un ser amado. 

En este caso la terapia psicológica no busca acelerar las etapas del duelo, lo que procura es que las personas salgan con el menor daño psicológico posible y vayan retomando sus vidas de manera gradual. 

Recuerda, NO TIENES PORQUÉ ACOSTUMBRARTE A SUFRIR, PUEDES APRENDER A VIVIR FELIZ. Mi equipo de psicólogos con gusto te ayudará a salir bien de esta situación. Guarda en un rincón especial este enlace para cuando necesites acompañamiento emocional de uno de nuestros terapeutas.