Sin lugar a dudas uno de los temas que más solicitan asesoría en mi consultorio es el proceso de divorcio, este proceso es en muchos casos, muy doloroso,cuando no se lleva a cabo de una manera adecuada.

Tendríamos que empezar por entender por cuestiones que son diferentes y que la mayor parte de las personas las identifican como iguales:

  1. El divorcio es un acto legal que da por terminado al contrato matrimonial, es decir, es importante poner atención a que es un acto legal, no un proceso.
  2. El final de la relación de pareja es el proceso que se lleva a cabo entre dos personas en el cuál se va extinguiendo una vinculación amorosa, este proceso es más largo, implica evaluación de la relación, tomar la decisión de finiquitarla y llevar a cabo el proceso de separación.

El divorcio no es lo que nos lastima, el dolor viene del proceso propio de finiquitar una relación de pareja, la separación muy rara vez es un acto inmediato en el cual una persona despierta por la mañana y decide separarse. Lo más común es que la parte de la pareja que decide que ya no quiere compartir su vida con la otra parte, lleva un tiempo pensando y evaluando la posibilidad de llevar un cambio importante en su vida. Muchas veces manda señales sutiles a su pareja en el sentido de que su proceso de separación ya comenzó.

Dentro de los principales indicadores encontramos:

  1. Alejamiento tanto a nivel de comunicación como físico.
  2. Suspensión o reducción drástica de la sexualidad… sensación de no estar ahí.
  3. Aislamiento de la pareja (cuando hay hijos es común que se refugie en ellos).
  4. Falta de contacto visual
  5. Irritabilidad
  6. Cuestionamiento a la otra persona sobre la felicidad. Este punto es muy importante, es como si la persona, al preguntarle a su pareja ¿eres feliz conmigo?, ¿Todavía te la pasas bien conmigo?, buscara que le dieran una respuesta negativa para poder entonces justificar su decisión y poder plantear la separación.

Estas solo son algunas de las conductas que se pueden observar, cuando una persona ya ha decidido separarse y/o divorciarse, habitualmente lleva mucho tiempo sopesando la idea, estudiando sus posibilidades y opciones; lo anterior es lo que genera que cuando por fin decide comunicar al otro su decisión, el otro se encuentre sorprendido y en shock, él apenas empezará a plantearse esta nueva posibilidad y en muchas ocasiones tratará de encontrar la forma de cambiar la decisión de su pareja, es decir, se encuentra en desventaja emocional pues apenas comenzará a pensar en una nueva realidad de vida.

Es muy común observar que las personas inmaduras, para poder avalar su decisión, buscan ensuciar o justificarse en las conductas del otro, por ejemplo, me quiero divorciar porque tú…, Quiero ser claro y ayudarte en este tema, si yo me quiero divorciar o separar es porque YO, es importantísimo tomar la responsabilidad del hecho de que quien quiere terminar una relación soy YO, probablemente basado en algunas conductas del otro, pero la responsabilidad es mía totalmente, Soy YO quien ya no quiere seguir.

Si no se toma esta responsabilidad se corre el riesgo de empezar una batalla de reproches, falsas promesas o ataques interminables. Si me dices que quieres separarte de mi porque tengo mal carácter y yo sigo queriendo estar contigo, pues ofreceré cambiar mi carácter, pero si tú ya tomaste la decisión… eso no será bastante y me reprocharás otra cosa. Si alguien no quiere estar contigo, está en su derecho, pero tú tienes el derecho de saber la causa real.

Es importante aclarar que estoy hablando de situaciones en las cuales las personas no juegan con la idea del divorcio o de la separación como un arma que usan para amenazar o chantajear al otro, estoy hablando de personas que ya tienen tomada una decisión.

Cuando la persona ha decidido separase empieza la mayor parte de las veces un período de conflicto interior, ¿cómo le digo a mi pareja que ya no quiero estar con él/ella en mi vida? Ese es un proceso ni complicado ni fácil, dependerá de la madurez de los dos, pero lo abordaremos en la siguiente entrega.

Si quieres más asesoría sobre este tema o ya estás viviendo un proceso de pérdida debido al divorcio, es importante que busques la guía emocional de un terapeuta para llevar de forma más asertiva esta etapa de tu vida. Guarda este enlace, estaremos disponibles en línea.