Cuando se habla de vínculos afectivos se hace referencia a una relación entre dos personas, en la que existen sentimientos placenteros de por medio y gusto por convivir con esa otra persona, por lo tanto, son los vínculos que se establecen en los distintos tipos de relaciones, como familiares, de pareja, u otras, estos vínculos se dan porque como seres humanos vivimos y nos desarrollamos, en familia y sociedad. Por tal motivo los vínculos afectivos están presentes en todo lo que hacemos, éstos son influenciados por la interacción.
Algo que toma gran trascendencia e importancia en los casos de ansiedad y depresión, es sin duda los lazos afectivos con familiares y seres queridos, ya que el ser humano por naturaleza es un ser gregario, es decir, una de sus necesidades básicas es la de pertenencia a un grupo, por lo cual en situaciones de crisis la presencia de relaciones interpersonales significativas se convierte en un punto de apoyo fundamental.
Cuando una persona presenta ansiedad o depresión, es bastante común que una de las primeras acciones que realiza sea aislarse, esto se debe a que cuando estamos ante una situación de crisis, de cualquier índole, nuestros problemas nos absorben, volviéndonos distantes, irritables y reactivos, de lo cual la mayor parte del tiempo no somos conscientes, pero todo esto termina por alejar aún más a nuestros seres queridos, dejándonos con una mayor sensación de falta de apoyo y soledad.
Cada día nos enfrentarnos a un mundo lleno de competencia, frustraciones y limitaciones, por ello más allá de las dificultades a las que nos enfrentamos es importante saber identificar, reconocer, expresar lo que sentimos; nuestras emociones, intereses y deseos ya que lo anterior nos permite tener la capacidad de relacionarnos adecuadamente con los demás.
La importancia de generar vínculos afectivos
El tener lazos afectivos significativos nos permite contar con una red de apoyo durante los tiempos de crisis, la cual nos facilita mantener una comunicación con el otro acerca de lo que sentimos y de lo que nos pasa, consolidando también la idea de que existen personas que se preocupan por nosotros y que pueden apoyarnos en nuestros momentos más sombríos, además, el que ellos estén presentes con nosotros y tengan conocimiento de lo que nos acontece, genera que sean ellos, la mayoría de las veces, quienes detecten cuándo la situación está saliendo de algo que podamos controlar por cuenta propia y podrán ayudarnos a buscar apoyo profesional y especializado.
Cuando presentamos ansiedad y/o depresión la realización de una tarea específica, las palabras de aliento, la percepción de compañía, aceptación y preocupación por el cuidado, se convierten en factores protectores o amortiguadores para la adherencia al tratamiento, creando mayores oportunidades de conseguir un equilibrio emocional, por lo cual el contar con una red de apoyo es fundamental para nuestra recuperación cuando atravesamos por problemas de ansiedad y depresión.
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