Ansiedad por miedo a contagiar a la familia
Por Luis Cardona Herrera
Al inicio de la pandemia y de la cuarentena que se generó a consecuencia de las misma, el principal miedo y generador de angustia y ansiedad era el miedo al contagio propio, la falta de información dio lugar a una serie de mitos y falsas creencias que hicieron que la mayor parte de las personas vivieran no solo en una cuarentena, mas bien parecía que estábamos viviendo una situación de confinamiento de guerra, donde el desconocimiento del virus y sus alcances hacía que el miedo fuera mayúsculo.
Han pasado casi 9 meses desde que el virus llegó a México, para ser realistas, en México no podemos hablar de que nos enfrentaremos a una segunda ola de contagios, nunca hubo una disminución sensible y real de casos que permitiera hacer esa aseveración. En número de contagios tuvo una desaceleración y posteriormente retomó su ritmo y lo ha acelerado.
En mi experiencia, muchas personas se habían acostumbrado al riesgo del contagio personal, es más, en muchos casos las personas que se infectaron y tuvieron baja sintomatología se sintieron aliviados y en la fantasía de una inmunidad temporal, nos acostumbramos a ver los números crecientes de contagios en las páginas que llevan el conteo de casos y ahora casi nadie ve las conferencias que las autoridades realizan diariamente para dar cuenta de la enfermedad.
Sin embargo, los contagios en muchísimos casos han llegado a la mayoría de las familias, son pocas aquellas que no han tenido un miembro infectado o muerto por el COVID19. Desafortunadamente, muchas personas hicieron mal uso de la relajación de las medidas de precaución y el número de contagios cercanos se incrementó.
Por poner un ejemplo de lo antes mencionado, muchas familias decidieron que había pasado mucho tiempo sin que se reunieran y comenzaron a hacer reuniones, a las cuales invitaron tanto a miembros en situación de riesgo por salud como por riesgo de edad. El resultado ha sido una elevada tasa de contagios al interior de las familias.
Esta pandemia ha resultado ser mucho mas duradera de lo que nadie estimaba y como es lógico tomó por sorpresa a muchas personas, poniendo en pausa muchísimos de sus planes, desde laborales hasta económicos. En el aspecto familiar hubo una gran cantidad de personas que por ejemplo tenían pensado casarse en las fechas en las que la cuarentena se los impidió, después, cuando los semáforos sanitarios pasaron a amarillo, decidieron llevar a cabo sus celebraciones, el resultado ha sido evidente, un renovado crecimiento de las tasas de contagios.
En la actualidad, las personas, después de ver a familiares cercanos contagiados, empiezan a tener una renovada conciencia sobre la posibilidad y el riesgo de contagiar a sus familiares y amigos. El miedo a contagiar en algunos aspectos es ahora mayor dado que sabemos que existen muchísimas personas contagiadas que son asintomáticas y que han contagiado a personas cercanas a ellos.
La única manera de reducir el riesgo de contagio es mantener en todo lo posible los protocolos de protección ante esta pandemia, recordemos que se acercan las fechas invernales y esto hará que las enfermedades respiratorias se incrementen, con lo cual, la posibilidad de formar parte de una población de riesgo se incrementa.
La prevención es parte fundamental para evitar vivir en la angustia de haber sido contagiado o de contagiar a algún familiar.